El viaje que siguen nuestros datos en internet es una auténtica aventura, como hemos visto, la capa de interred se responsabiliza de transportar los paquetes de datos desde el origen hasta el destino, y para lograrlo con frecuencia deben pasar por muchos enrutadores intermedios.
Estos dispositivos se encargan a grandes rasgos de actuar como intermediarios entre unas subredes y otras, y para hacerlo posible recogen los paquetes que reciben y se los envían al siguiente enrutador.
Eso sí, esta decisión se lleva a cabo de una forma inteligente.
Esto quiere decir, sencillamente, que la capa de interred debe proporcionar a los enrutadores la información que necesitan conocer para elegir la trayectoria adecuada que debe seguir cada paquete de datos.
Y, como podemos intuir, no es sencillo hacerlo debido a que el elevado volumen de datos que circula a través de internet de forma permanente requiere balancear el tráfico para evitar que unas líneas de comunicación se saturen mientras otras permanecen infrautilizadas.
Para resolver este desafío la capa de red cuenta con los algoritmos de encaminamiento, que se encargan de decidir qué ruta debe seguir cada paquete de datos teniendo en cuenta el tráfico y las condiciones en las que se encuentra cada subred en ese momento.
Cabe la posibilidad de que dos paquetes que tienen un mismo destino y un único origen sigan caminos diferentes si las circunstancias de la red lo exigen para que sean transportados de la forma óptima.
Afortunadamente no es necesario que conozcamos con detalle qué propone cada algoritmo de encaminamiento, pero es interesante saber que hay unos cuantos, y cada uno de ellos pretende resolver el transporte de los paquetes de datos recurriendo a una estrategia diferente.
La capa de interred también dispone de algoritmos de control de la congestión, que, como podemos intuir, pretenden evitar que una subred se sature.
Cuando aparece este problema el rendimiento de esa línea se degrada debido a que los enrutadores son incapaces de administrar todo el tráfico y comienzan a perder paquetes de datos.
De alguna forma la gestión del tráfico en internet no es muy diferente de la administración del tráfico en las carreteras.
Los DNS nos permiten utilizar internet de una forma mucho más sencilla
Unos párrafos más arriba hemos visto que las direcciones IP nos permiten identificar con precisión todos los dispositivos y los equipos de red que intervienen en internet.
Las asignadas mediante el protocolo IPv4 se escriben en notación decimal con cuatro grupos de tres dígitos, por lo que tienen, como hemos visto, esta forma: 192.36.7.22.
Y las asignadas mediante IPv6 son aún más complicadas porque se escriben en ocho grupos de cuatro dígitos hexadecimales cada uno de ellos, adquiriendo la forma 2001:0ab8:85b3:0000:0000:8a2e:0260:7224.
Hasta aquí llega la parte sencilla, que es la realmente importante desde el punto de vista de un usuario y la que merece la pena conocer.
A quien le apetezca saber algo más acerca de este recurso le interesará estar al tanto de que los DNS se implementan como un sistema de nombres jerárquico basado en dominio bajo la forma de una base de datos distribuida.