Episodio 74 – Tecnologia: Robotica

Episodio 74 – Tecnologia: Robotica

Imagina un futuro donde los robots son tan de uso diario como el móvil. El campo de la robótica podría mejorar enormemente nuestra calidad de vida en los ámbitos laboral y doméstico, y también nuestros juegos, proporcionándonos apoyo tanto en labores cognitivas como físicas.

Los robots llevan años ayudando a los seres humanos a realizar tareas peligrosas, desagradables o tediosas, y han permitido explorar entornos de difícil acceso, entre ellos las profundidades marinas o el espacio exterior.

Cada vez habrá más robots capaces de adaptarse y de aprender e interactuar cognitivamente con los seres humanos y con otras máquinas.

La digitalización de casi todo, unida a los avances en robótica, nos promete un futuro en el que se democratice y personalice a gran escala el acceso a máquinas muy complejas.

La capacidad de los robots va en aumento, ya que pueden llevar a cabo cálculos más difíciles y relacionarse con el mundo mediante sensores cada vez más precisos y activadores de mejor calidad.

Nuestro mundo conectado, con muchos robots personalizados que trabajan junto a las personas, ya está creando nuevos empleos, mejorando la calidad de los existentes y ahorrándole a la gente tiempo para que pueda dedicarse a lo que considera interesante, importante y estimulante.

Los robots ya son nuestros colaboradores en entornos industriales y domésticos.

Cooperan con los seres humanos en fábricas y quirófanos.

Nos cortan el césped, aspiran el suelo e incluso ordeñan nuestras vacas.

UNA DÉCADA DE PROGRESOS HACIA LA AUTONOMÍA

Los avances de la robótica durante la última década han demostrado que hay aparatos robotizados que pueden mover y manipular a personas e interactuar con ellas y con su entorno de forma singular.

Las capacidades locomotoras de los robots se basan en la enorme disponibilidad de sensores precisos (por ejemplo, escáneres láser) y de motores de alto rendimiento, y en el desarrollo de complejos algoritmos que permiten cartografiar, localizar, planificar desplazamientos y orientarse mediante coordenadas.

Los avances en el desarrollo de cuerpos robóticos (maquinaria) y cerebros robóticos (programas) permiten multitud de nuevas aplicaciones.

Los vehículos sin conductor podrían acabar con los accidentes de tráfico.

Imaginémonos que los coches pudieran aprender… a conducir como nosotros… a no ser nunca responsables de una colisión… a saber qué necesitamos al volante.

¿Y si pudieran convertirse en colaboradores fiables, en colaboradores capaces de ayudarnos a transitar por carreteras difíciles, sustituirnos cuando estuviéramos cansados e incluso convertir el tiempo que pasamos en el coche en algo… divertido?

¿Y si nuestro coche pudiera saber que tenemos un mal día, pusiera nuestra música favorita y nos ayudara a relajarnos mientras vigila atentamente nuestra conducción?

¿Y si también supiera que se nos olvidó llamar a nuestros padres ayer y de camino a casa nos lo recordara cortésmente?

Entre los obstáculos tecnológicos que se presentan para alcanzarlo figuran los siguientes:

  • conducir con tráfico denso,
  • a gran velocidad,
  • con mal tiempo (lluvia, nieve),
  • entre vehículos con conductor humano,
  • en zonas carentes de mapas detallados y responder ante situaciones límite.

Dos filosofías impulsan en la actualidad la investigación y el desarrollo de la conducción autónoma:

  • la autonomía de serie y
  • la autonomía paralela.

La segunda pretende desarrollar tecnologías de conducción asistida que mantengan al conductor al volante, pero con un sistema que supervise lo que hace e intervenga si es necesario —de forma no dañina—, por ejemplo, para impedir una colisión o para corregir la dirección que mantiene el vehículo en la carretera.

Deja un comentario